Teoría de la felicidad de Albert Einstein

Corría el año 1922, cuando Einstein realizaba una gira de conferencias en Tokio. Mientras se encontraba en el hotel, un botones se le acercó para entregarle un mensaje. El Premio Nobel buscó en sus bolsillos pero no encontró ninguna moneda para darle una propina, entonces cogió una hoja de papel y escribió lo siguiente: " Una vida tranquila y modesta trae más felicidad que la búsqueda del éxito combinada con una inquietud constante". Einstein le dijo al botones que guardara lo nota porque probablemente se convertiría en un objeto de valor.

Pues al parecer, Einstein tenía razón; como sociedad, estamos cada vez más obsesionados con las metas, los objetivos y el éxito. Pero se trata de un arma de doble filo porque cuando logramos lo que nos habíamos propuesto experimentamos una especie de anticlímax... Para combatirla, nos fijamos otra meta, probablemente más ambiciosa. Así, caemos en una espiral de insatisfacción en la que dedicamos más tiempo a conseguir el objetivo que a disfrutar del camino. Como consecuencia, nos alejamos de lo que realmente podría hacernos felices convirtiendo nuestra vida en una sucesión de metas por alcanzar.

Einstein no persiguió la fama ni el éxito; solo se dedicó a su pasión por lo que el reconocimiento fue un resultado colateral. El aprendizaje que podemos sacar de todo esto es que nuestra teoría de la felicidad se debe basar en dedicarnos a aquello que nos interesa y completa como personas construyendo una vida tranquila y equilibrada. 

Hace siglos Séneca dijo que la verdadera felicidad no consiste en tenerlo todo, sino en no desear nada así que desde aquí os animamos a buscar esa felicidad poniendo el acento en lo verdaderamente importante y no nos cabe dudad de que el deporte debe ser una parte fundamental de esa búsqueda. 

Por cierto, la nota de la que hablábamos al principio de la entrada se acabó subastando por 1,56 millones de dólares, convirtiéndose en una de las propinas más generosas del mundo.