¿Ayudar con los deberes?

Hoy abordamos una de las mayores dudas a la que se enfrentan los padres en relación con la educación de sus hijos... ¿Es bueno hacer los deberes con ellos o solo ayudarles? Al igual que si un niño quiere aprender a nadar es importante que alguien le enseñe y le acompañe, hay que tener en cuenta que si alguien nada por ellos nunca aprenderán a nadar ni sabrán si les gusta o no la natación. Pues con los deberes pasa lo mismo. Hacer los deberes con los niños puede generar dependencia. Estos deberes deben considerarse como otra rutina diaria más, realizándolos siempre a la misma hora y en el mismo lugar; se les puede ayudar a comenzar y a organizar la tarea con el objetivo de que ellos la continúen y, finalmente, se supervisa conjuntamente para favorecer la autocorrección y la reflexión sobre el trabajo realizado. De esta manera y gracias a la práctica, con el tiempo llegarán a lograrlo ellos solos.

Sería una buena idea ver los deberes como una buena oportunidad para aprender de forma autónoma y crear hábitos de trabajo que refuercen la concentración y la memoria. Si un niño logra llegar a la respuesta correcta por sí mismo estará desarrollando habilidades como el razonamiento,  la comprensión y la resolución de problemas.

Los padres ya tienen un día a día lo suficientemente ajetreado como para añadir las tareas de uno o más hijos; su labor debe ceñirse al control de los materiales, la agenda, horarios y coordinación con la escuela. No podemos olvidar que la relación directa entre deberes y rendimiento está cuestionada ya que según datos de la OCDE, España dedica más horas semanales con respecto a la media a la realización de los deberes mientras que su rendimiento se encuentra en la media. 

Para terminar, nos gustaría subrayar algunos consejos que pueden resultar de utilidad:

  • el lugar elegido para hacer los deberes debe ser tranquilo, sin distracciones, que cuente con los materiales necesarios, bien iluminado y, sobre todo, cómodo. Puede ser cualquier espacio de la casa o acudir a una sala de estudio o biblioteca. 
  • el mejor momento para su realización es aquel en el que el niño no esté cansado.
  • no sentarse al lado del niño sino acudir cuando lo necesite.
  • servir de ejemplo y mientras ellos trabajan, aprovechar el tiempo para realizar actividades que requieran concentración. 
  • evitar limitar su creatividad y dejar que se equivoquen
  • finalmente, si no completan sus deberes será responsabilidad suya, por lo que deberán responder y justificarse.
Esperamos que os haya resultado interesante y, sobre todo, de utilidad. ¡Un saludo, deportistas!





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