Disgustos que quitan el hambre



A todos nos ha pasado en alguna ocasión que antes de un examen, una entrevista de trabajo o "algo" que consideramos importante se nos quita el apetito ¿verdad? Esta situación viene provocada por nuestro mecanismo de defensa ante el estrés.
En un primer momento nuestro cuerpo reacciona ante una amenaza segregando adrenalina para prepararnos: esto inhibe la sensación de apetito. Por el contrario, si el estrés se mantiene en el tiempo, se segrega cortisol, lo que aumenta la sensación de apetito.

Ante una situación estresante hiperventilaremos, notaremos una opresión en el pecho y se contraerá el diafragma, lo que nos producirá el conocido "nudo en el estómago".  De todas maneras, debemos tener claro que cuando la preocupación pasa, el apetito vuelve como por arte de magia.
Cuando tenemos un poco cerrado el estómago sería recomendable comer más veces al día, pero menos cantidad y procurar que esa comida sea de calidad, evitando azúcares y grasas. Por ejemplo, podríamos recurrir a las frutas, frutos secos, ensaladas, pescados, huevos o cremas.



Pero el mejor consejo sería aprender a relativizar y a relajarnos y apostar por el ejercicio moderado.
Así que ya sabemos cómo enfrentarnos a las situaciones que nos generan ansiedad. La teoría está clara, ahora hace falta comprobar si somos capaces de llevarla a la práctica.

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